La tendinopatía es una de las molestias musculo-esqueléticas más frecuentes, tanto en deportistas como en personas que realizan movimientos repetitivos en su trabajo o vida diaria. Se caracteriza por dolor y reducción de la función en el tendón, y su correcto abordaje puede marcar la diferencia entre una recuperación rápida o una lesión crónica. Descubre en este post qué es una tendinopatía, los distintos tipos que existen, sus síntomas más habituales y los tratamientos más eficaces para aliviar el dolor y volver a la actividad con total seguridad.
Qué es una tendinopatía
La tendinopatía es un trastorno que afecta los tendones, estructuras fibrosas que conectan el músculo al hueso. Aunque comúnmente se usa el término “tendinitis”, lo más adecuado es hablar de tendinopatía, ya que implica cambios degenerativos y no solo inflamación. En la tendinopatía se producen alteraciones en la organización de las fibras de colágeno, microdesgarros y acumulación de sustancias de degradación, lo que provoca dolor y disfunción. Entender qué es una tendinopatía es clave para abordarla de forma eficaz y evitar episodios crónicos que limiten la calidad de vida.
Tipos de tendinopatía
Podemos diferenciar varios tipos de tendinopatía clasificados según la localización anatómica y el mecanismo de lesión. A continuación, detallamos los más frecuentes:
Tendinopatía calcificante
La tendinopatía calcificante se caracteriza por la deposición de cristales de calcio en el tendón, provocando dolor agudo y rigidez. Es especialmente común en el manguito rotador del hombro. El proceso pasa por tres fases: formación de calcio, reabsorción y remodelación. El diagnóstico se confirma con una radiografía o ecografía. La tendinopatía calcificante puede limitar la movilidad de la articulación y muchas veces requiere de un tratamiento específico para disolver o eliminar los depósitos calcáreos.
Tendinopatía del hombro
La tendinopatía del hombro afecta principalmente al manguito rotador, un grupo de músculos y tendones que estabilizan la articulación glenohumeral. El dolor puede manifestarse al levantar el brazo o al realizar movimientos de rotación. Entre las causas habituales están la sobrecarga por actividades repetitivas, malas posturas y traumatismos. Si no se trata adecuadamente, la tendinopatía hombro puede derivar en bursitis o roturas parciales del tendón.
Tendinopatía insercional
La tendinopatía insercional se produce en el punto de unión del tendón al hueso. Ejemplos destacados son el tendón de Aquiles y el tendón rotuliano. En esta localización, la tensión mecánica es máxima, y pequeñas fisuras o microdesgarros pueden desencadenar el proceso degenerativo. Los pacientes suelen notar dolor al inicio de la actividad física, que remite con el calentamiento y reaparece tras el reposo.
Tendinopatía degenerativa
La tendinopatía degenerativa implica un desgaste progresivo del tendón, con desorganización de las fibras, aumento de la vascularización y presencia de fibroblastos inmaduros. Aparece con más frecuencia en personas de mediana edad y deportistas que someten a sus tendones a cargas elevadas. Este tipo de tendinopatía no responde bien a terapias antiinflamatorias convencionales, ya que el proceso es más degenerativo que inflamatorio.
Tendinopatía crónica
Cuando la evolución de la lesión supera los tres meses y persisten los síntomas, hablamos de tendinopatía crónica En esta fase, el tendón muestra tejido cicatricial, neovascularización y cambios estructurales que dificultan la curación espontánea. El dolor se vuelve más constante, incluso en reposo, y la función muscular se ve comprometida. Un tratamiento multidisciplinar es esencial para evitar recaídas y mejorar la calidad de vida del paciente.

Síntomas de una tendinopatía
Los síntomas tendinopatía varían según el tipo y la gravedad de la lesión, pero algunos de los más comunes son:
- Dolor localizado: suele empeorar al realizar movimientos muy concretos o al ejercer presión sobre el tendón afectado.
- Rigidez matutina: sensación de rigidez al iniciar la actividad tras periodos de reposo.
- Debilidad muscular: pérdida de fuerza en el área afectada.
- Sensación de crujido (crepitación): al mover la articulación.
- Inflamación y edema: en fases agudas, aunque menos pronunciadas que en una tendinitis clásica.
El hecho de reconocer los síntomas de una tendinopatía permite acudir a tiempo al fisioterapeuta o especialista, evitando que la lesión avance a formas crónicas más difíciles de tratar.
Tratamiento de la tendinopatía
El tratamiento tendinopatía debe adaptarse al tipo de lesión, la fase evolutiva y las características de cada paciente. Suele combinar varias estrategias:
Tratamientos fisioterapéuticos
- Ejercicios excéntricos: fortalecimiento controlado del músculo al alargarse, demostrado eficaz en tendinopatía de Aquiles y rotuliana.
- Terapia manual: movilizaciones articulares y masajes transversales profundos para mejorar la circulación y alinear las fibras colágenas.
- Electroterapia: ondas de choque que estimulan la regeneración del tendón, láser de alta potencia y ultrasonidos.
- Vendaje funcional: kinesiotaping para descargar el tendón y mejorar la propiocepción.
- Ejercicios de propiocepción: mejoran el control motor y reducen el riesgo de recaídas.
Medicación y abordaje médico
- Analgésicos: para manejar el dolor agudo, aunque su uso prolongado no favorece la regeneración.
- Infiltraciones: plasma rico en plaquetas (PRP) o corticosteroides; el PRP promueve la reparación tisular, mientras que los corticoides alivian rápidamente el dolor.
- Tratamientos quirúrgicos: en casos de tendinopatía calcificante refractaria o desgarros severos, se puede recurrir a la cirugía para eliminar depósitos o reparar el tendón.
Recomendaciones según el tipo de tendinopatía
- Tendinopatía calcificante: sesiones de ondas de choque y, si es necesario, mini-cirugía artroscópica.
- Tendinopatía hombro: ejercicios específicos de rotación interna y externa, combinados con fortalecimiento de la escápula.
- Tendinopatía insercional: modificación de la carga y uso de calzado o soportes ortopédicos en el pie.
- Tendinopatía degenerativa: evaluaciones periódicas de la carga de entrenamiento y progresión gradual de ejercicios.
- Tendinopatía crónica: plan a largo plazo que incluya fisioterapia, seguimiento médico y posible apoyo psicológico para la adherencia.
- Tendinopatía calcificante: sesiones de ondas de choque y, si es necesario, mini-cirugía artroscópica.
- Tendinopatía hombro: ejercicios específicos de rotación interna y externa, combinados con fortalecimiento de la escápula.
- Tendinopatía insercional: modificación de la carga y uso de calzado o soportes ortopédicos en el pie.
- Tendinopatía degenerativa: evaluaciones periódicas de la carga de entrenamiento y progresión gradual de ejercicios.
- Tendinopatía crónica: plan a largo plazo que incluya fisioterapia, seguimiento médico y posible apoyo psicológico para la adherencia.

Qué no hacer si tienes tendinopatía
Para favorecer la recuperación, es importante saber qué no debes hacer, de lo contrario el dolor y la inflamación puede ir a más:
- Evitar el reposo absoluto: la inactividad total empeora la atrofia muscular y la desorganización de las fibras.
- No automedicarse: el abuso de AINEs puede enmascarar el dolor y retrasar el diagnóstico.
- No volver a la actividad intensa de golpe: reiniciar entrenamientos sin progresión causa recaídas.
- Ignorar el dolor: aprender a diferenciar el dolor mecánico (aguantable) del dolor nocivo (que indica daño).
- No saltarse la fase de rehabilitación: completar todas las fases del programa fisioterapéutico es esencial.
¿Cuánto dura una tendinopatía?
La duración de una tendinopatía varía ampliamente en función de cada paciente y tipo de gravedad:
- Fase aguda: de 2 a 6 semanas, con dolor e inflamación moderada.
- Fase subaguda: de 6 a 12 semanas, donde empieza la reorganización del colágeno.
- Fase crónica: más de 3 meses, en la que el proceso degenerativo ya está instaurado.
Con un tratamiento adecuado puede resolverse en 3-6 meses, pero en casos crónicos o sin adherencia, puede prolongarse y requerir abordajes más intensivos.
Cuándo acudir a un especialista como Sakro
Debes consultar en centros especializados como Sakro, centro de fisioterapia, readaptación, entrenamiento y nutrición si:
- El dolor persiste más de 4 semanas pese a reposo relativo y cuidados básicos.
- Existen depósitos calcáreos evidenciados en pruebas de imagen.
- La funcionalidad articular empeora y limita tu vida diaria.
- Has sufrido recaídas tras tratamientos previos.
- Quieres un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento multidisciplinar.
En Sakro nuestro equipo integra fisioterapeutas de diferentes áreas para ofrecer un enfoque mucho más personalizado. Evaluamos tu tendinopatía y elaboramos un plan de ejercicios específicos para corregir la lesión. Además, te asesoramos sobre carga de entrenamiento y ergonomía para evitar futuras lesiones.
Si quieres saber mejor cuál es nuestra metodología de trabajo o necesitas información sobre cómo tratar tanto tu tendinopatía como otro tipo de lesiones deportivas accede ahora a nuestra web o ponte en contacto con nosotros.
¡Cuida tus tendones y recobra tu bienestar!